Dentro del amplio espectro de variantes que conforman la música electrónica, existen una serie de subfamilias que, a grosso modo, se puede decir que engloban el resto de estilos. Para un buceador de estilos y devorador de beats, sintetizadores y samplers, esto simplifica tanto las cosas como resumir toda la historia de las bandas modernas en "los que imitan a los Beatles" y "los que imitan a los Rolling Stones", pero a veces la mejor forma de explicar algo es resumirlo hasta el límite.
Esos estilos, dentro de los cuales destacan el Techno, el House o el Break (este siempre ha sido el más conflictivo a la hora de definir, pues dentro de él entrarían todas las músicas más, digamos, 'tribales', como el Jungle, el Drum'n'bass, el Breakbeat, el Hip Hop, el Trip Hop...), hay uno que siempre ha llamado la atención por ser, dentro de una larga lista de géneros destinados a que la gente se mueva, el que se ha focalizado en conseguir lo contrario: que la gente pare. Hablamos del Ambient.
Es importante reseñar que 'Ambient' y 'Chill Out' son dos términos distintos. El Chill Out (Café del Mar, Buddha Bar y toda esa cantidad ingente de cd's fácilmente comestibles, adecuados para relajarse sin pensar mucho) está formado por un conglomerado de músicas variadas - sonidos tribales, new age, música flamenca, ópera - supeditadas a una oleada de capas sintéticas y atmosféricas que tratan de relajar, evadir, ensoñar o hacer flotar: el Ambient. Así pues, éste es el ADN que conforma el Chill Out y le da un sentido. Y, cuando lo sueltas y lo utilizas de un modo puro, lleva a cabo maravillas. Pregúntenle, si no, al señor Brian Eno.
Llegados a este punto, no voy a entrar en disociaciones entre estilos, catalogaciones y demás ralea. Símplemente sirva todo esto como preludio al estilo que paso a resumir a continuación: el Illbient. Paralelamente a todo un torbellino ambiental y atmosférico surgido a mediados de los 90, en Nueva York se gestó un movimiento que se entroncó en un estilo musical, pero que quiso ir más allá: semiótica, literatura, arte urbano, teoría del conocimiento, física cuántica aplicada a la música... un movimiento definido por uno de sus principales impulsores, Dj Spooky, como "dialéctica de la entropía" (esto es, la práctica del desorden sonoro). Hablo del Illbient
Y, para aclarar mejor este estilo, cito a Javier Blánquez*: "El Illbient se podía definir como una colisión entre ambient tóxico - polución urbana, loops de cinta, ruidos, electroacústica, música concreta -, el cut-up del hip hop y la gordura de un bajo dub que conectaba (...) Jamaica con Nueva York".
El Illbient (nombre procedente del término "ill" - enfermo), en sí mismo, se podría resumir como una especie de retratos sonoros de las calles neoyorquinas desde la mente de un escritor de ciencia ficción que pinta cuadros abstractos mientras estudia física. Y, de fondo, el camión de la basura se ha atascado en un loop de ruido casi melódico.
Una mezcla de breaks propios del hip hop de la west coast más concreta, jazz, beats a cámara lenta, sonidos remezclados de aquí y allá, mucho (muchísimo) dub con unos bajos que casi se pueden masticar, retazos étnicos de la world music, electrónica, sampling y música concreta manchada de alquitran y humo. Y ciencia, mucha ciencia. A su manera, claro.
Ahora bien, este movimiento fue - es - relatívamente corto y disperso, de modo que si bien se puede encontrar su firma en discos como "Incursions in Illbient", "Crooklyn Dub Consortium" o la obra de Dj Spooky (muy recomendables sus cd's 'Songs of a Dead Dreamer" y "Optometry"), así como en la revisión de viejos cómics de los noventa protagonizados por afroamericanos, textos universitarios desquiciados y desquiciantes o incluso calles de Brooklyn, no se llegó a forjar un movimiento sólido con una base concreta. Fue, y es, un movimiento escondido que busca que lo encuentren y que va manchando allá por donde pasa, dándole una atmósfera especial, única y palpitante a todo lo que toca: cine, literatura, música o estudios antropológicos.
*Javier Blánquez: "Aventuras en el Ultramundo. Ambient, IDM y Electrónica Post-Rave (1982 - 2002)" (Capítulo 12 del libro "Loops - Una Historia de la Música Electrónica")
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