Así que hoy toca, nunca mejor dicho, mostrar un pequeño lienzo de... ¿curiosidades? ¿ideas? ¿idas de cabeza? relacionadas con el color.
En primer lugar, me ha llamado la atención la conversión que el pintor y poeta Tyree Callahan ha llevado a cabo, transformando una máquina de escribir en una máquina de pintar. Fetichismo vintage para diseñadores gráficos y artistas abstractos.
En segundo lugar, y dado que es época de regalos (amigo invisible, Navidad, aumento de la pensión por divorcio, de cuando tu mujer te pilló metiéndole mano al director de recursos humanos), mencionar un par de ejemplos de posibles presentes para creativos y demás fauna.
La buena noticia es que con ambos quedaríais genial si estáis metidos en el ámbito del diseño gráfico. La mala es que uno de los dos regalos aún es solo un prototipo y no se puede adquirir.
El primero es un libro que va desgranando el proceso evolutivo que han ido viviendo los pantone a lo largo del siglo XX, mostrando cuales se han ido utilizando más, y cuando. Esto es bastante práctico, no solo para aquellos que quieran recrear imágenes o diseños de determinadas épocas, si no también desde un punto de vista histórico - creativo. Al fin y al cabo, puede llegar a decir mucho de una época si el color que utiliza es rosa chicle o gris metalizado; y lo sé: no son nombres oficiales de la gama pantone, pero así nos entiende todo el mundo. Claro que para que nos entendiera todo el mundo debería haber explicado brevemente al inicio de este post en qué consisten los colores Pantone, pero para eso existe Wikipedia.
El segundo, e inviable por ahora, regalo, es una especie de pantonera tecnológica que no solo sirve para ahorrar papel, si no también para tener una mayor precisión de calibración a la hora de escoger un color y, por supuesto, para poder llevar a cabo el proceso en cualquier parte y con cualquier color.
Se trata de una pequeña máquina denominada ColorElite que posee una cámara capaz de detectar el tono que le pongamos delante, diciéndonos automáticamente de qué pantone se trata. Quizás mucha gente no le vea la utilidad - teniendo en cuenta de que hablamos del mundo de la creatividad, el término 'utilidad' es, en muchas ocasiones, casi degradante -, pero pensad una cosa: tener esto te hace ser el tío o la tía más cool del estudio de diseño. Es como haber sido el primer ejecutivo que tuvo un iPhone.
Por supuesto, no podía dejar pasar la ocasión para colgar un 'viejo' spot en el que el color y la pintura son los protagonistas absolutos. Perteneciente a la misma campaña ("Colour Like No Other") que este otro que colgué hace tiempo - y que está en mi lista de anuncios preferidos -, he de reconocer que resulta más espectacular e incluso divertido. Aunque tiene un pequeño detalle que, a su manera, llega a ser perturbador.
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