La botella: una de vodka.
El mensaje: el que tú quieras, siempre que no supere los 255 caracteres.
El método: un dispositivo de leds ubicado en la propia botella, transformando la etiqueta en una llamada de atención lumínica y personalizada.
El precio: lástima... 54 dólares. Pero el detalle (quizás) merezca la pena.
Visto en
Una Pausa Para La Publicidad.
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